- Le repito, señor juez, que soy inocente.
- Señor Inocente Fernández, si vuelve a hacer juegos de palabras con su propio nombre y a intentar burlarse de mí, tendré que ponerme duro con usted.
- Pero no, señor juez, yo soy inocente de verdad.
- ¡Se acabó! Llévense a este hombre a los calabozos.