Susana llevaba más de dos horas ahí, entre nerviosa y aburrida. En cuanto lo vio entrar por la puerta del bar su corazón empezó a palpitar de alegría y un agradable mariposeo se apoderó de su estómago. Él la saludo con una sonrisa, Susana se le acercó también sonriendo y pidió que le pasara un gramo.
fin
3 comentarios:
Excelente, magistal el giro que le das al micro. Eres el mejor.
Saludos y un fuerte abrazo.
Muchas gracias Dharma por tu visita y por dejar tus halagadores comentarios.
Zaz!!!! Un gramo de polvo blanco, esos son los modernos buscadores de oro del oeste americano.
Vine a verte de nuevo, cuerpo.
Tu alma
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