Al medio día del martes, dos individuos conversan animadamente azuzados por los efluvios etílicos, en la mugrienta barra del Bar Paco.
-Pues si que te ha durado poco el nuevo curro…
-Esos hijoputas querían que entre yo y un moro descargáramos un camión de cajas.
-De cajas, de qué?
-Vacías, pero no veas que peazo de camión.
-Que hijoputas… Nos quieren hacer trabajar como negros por cuatro perras.
-Eso le he dicho yo al encargado. Y le he dicho que me diera la cuenta, que ese camión lo iba a descargar el moro y Rita la cantaora.
-Bien hecho, compadre.
-Espera… El hijoputa me dice que lo de hoy no me lo pensaba pagar. Yo me he encarado a él y le he dicho… Con el pan de mis hijos no juega ni la madre que me parió ¿Entendido...? Entonces ha agachado las orejas y me ha pagado hasta el último céntimo.
-Pero, cabronazo, si tu no tienes hijos.
-¡Ya! Pero para cuando los tenga. ¡Jajaja!
-¡Jajaja!
-Otras dos cervecitas, Paco.
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