Después de una cruenta contienda que enfrentaba a dos bandos, un numeroso grupo de buitres sobrevolaba el campo de batalla, donde se apiñaban los cadáveres de los valientes soldados. Viendo que ya todos estaban muertos y que no había quedado nadie para enterrar a los caídos, decidieron bajar a dar buena cuenta del festín que las desavenencias ajenas les habían regalado.
Observaron los buitres que los cadáveres lucían distintos atuendos, según al bando al que habían pertenecido, y preguntaron al más viejo; que era el más sabio, cuales tendrían la carne más sabrosa, a lo que el veterano buitre contestó: Es igual, empezad por donde queráis, son carne de la misma carne.
Luego, el mismo viejo buitre, dio gracias a Dios por los alimentos que iban a tomar y todos empezaron a comer.
fin
1 comentario:
La muerte iguala el sabor, independientemente de los uniformes, las medallas y las banderas... Muy buen micro.
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