Bienvenid@s

Quiero compartir estas pequeñas historias, espero que las disfrutéis.
Saludos


28.10.07

Fumar acorta la vida

En el paredón el espía pidió su último deseo: difícil petición, dada la escasez, pero el sargento le ofreció el único cigarrillo de la compañía, desoyendo las airadas protestas de la soldadesca.

Fumó con tan grande placer, que los del pelotón de fusilamiento envidiaron, de veras, la suerte de aquel hombre.

Lo frieron a balazos antes de que el sargento diera la orden.

Fin

El guía

Pasen por aquí, señores…

Ustedes se preguntarán que fue de la famosa Espada de Damocles… pues ahí la tienen. Si, ahí arriba, justo encima de sus cabezas.

¿Pero…? ¿A dónde van? No se marchen… ¡Vuelvan! No hay nada que temer…

Malditos turistas americanos…

FIN

27.10.07

Los buitres y los soldados

Después de una cruenta contienda que enfrentaba a dos bandos, un numeroso grupo de buitres sobrevolaba el campo de batalla, donde se apiñaban los cadáveres de los valientes soldados. Viendo que ya todos estaban muertos y que no había quedado nadie para enterrar a los caídos, decidieron bajar a dar buena cuenta del festín que las desavenencias ajenas les habían regalado.

Observaron los buitres que los cadáveres lucían distintos atuendos, según al bando al que habían pertenecido, y preguntaron al más viejo; que era el más sabio, cuales tendrían la carne más sabrosa, a lo que el veterano buitre contestó: Es igual, empezad por donde queráis, son carne de la misma carne.

Luego, el mismo viejo buitre, dio gracias a Dios por los alimentos que iban a tomar y todos empezaron a comer.

fin

Abejitas y aguijones

El papá de Jorgito empezaba a perder la paciencia con su vástago.

- Te vuelvo a repetir que yo no estaba haciendo daño a mamá cuando nos sorprendiste anoche… Era un acto de amor… Lo mismo que te acabo de explicar de lo de las abejitas y las flores.

Jorgito, sentado en su cama apoyando la espalda en el cabecero decorado con personajes de Disney, seguía con la cara enfurruñada, cabizbajo y retorciendo la punta de su pijama obstinadamente.

- Pero mamá daba grititos… -Volvió a insistir-.

- Ya lo sé, Jorge… Pero no eran de dolor, los daba porque… estaba contenta y le gustaba. ¿Entiendes?

Jorgito intentaba comprender a su papá, pero la historia de las abejitas seguía sin cuadrarle con aquella otra escena del cuero negro y la fusta.



fin

Deberes

La atrapó con su cazamariposas en lo profundo del bosque de hayas. Tenía cuerpecito de persona y alas de libélula. Era una pequeña hada, muy parecida a esas que había visto en las ilustraciones de aquel cuento de su hermana Ane.

La metió cuidadosamente en un frasco de cristal con la tapa agujereada en el que guardaba mariposas y otros insectos y regresó al caserío donde vivía con su familia.

Su abuela, que desgranaba maíz le dirigió una sonrisa al entrar en la cocina, su madre andaba ocupada escurriendo leche cuajada para hacer quesos.

-¡Mira amachu! He cazao un hada.

Su madre apenas se giró.

-Te he dicho mil veces que no traigas bichos a casa… Anda, lávate las manos y ponte a hacer los deberes.


fin

Pan y circo

Soñaba con África; me vi corriendo tras una gacela y luego a mi primo y a mí mismo atrapados por tramperos y vendidos a los cazadores de esclavos, otra vez esa pesadilla.

Los primeros gritos del gentío me han despertado, me han devuelto a mi reducida prisión bajo las gradas del Coliseo. No sé cuanto tiempo llevamos en Roma, poco importa, tal vez sea la voluntad de los dioses que sirvamos de espectáculo a la plebe.

Ya oigo los cerrojos de la puerta de las fieras, mi hora ha llegado, saldré de nuevo a la arena del circo y devoraré a otro par de cristianos.

fin

El enano

Ahora, desde las ruinas, sería fácil echar la culpa a los niños, pero también los mayores nos reíamos de él; de su cara, sus extremidades cortas y su forma de andar.

Los enanos siempre han sido bufones y payasos, lo más normal es reírse de ellos y considerarlos animales domésticos. Quien iba a pensar que les afectara tanto… de haberlo sabido nos hubiéramos reído a escondidas, o que se yo… cualquier cosa antes que enfadarlos. Ya ves, a todos se nos borró la sonrisa cuando el enano empezó a crecer.

Y si sólo hubiera crecido hasta alcanzar al más alto de nosotros, seguro que lo podíamos haber dominado con facilidad, pero la altura de un edificio de veinte pisos impone demasiado, y luego esa risa malvada del enano-gigante que nos hizo suponer lo que vendría después.

25.10.07

Tabla de salvación

Con las últimas fuerzas se aferró al cura que le daba la extremaunción y le pidió que le perdonase por no haber creído nunca en Dios.

Fin

Latir

Regaló su reloj de oro a un anciano desheredado; desde entonces sintió un alegre tic-tac dentro de su pecho.

Fin

El filo de la navaja

Aquella tarde quiso vivir algo nuevo. Se aproximó lo más que pudo al borde del profundo acantilado y se dio media vuelta, dando la espalda al tenebroso mar. Desde ahí vio la tierra firme con una perspectiva que ni siquiera los suicidas habían tenido.

fin

El libro

Ahí está el libro, en la tercera estantería, al alcance de la mano. Sólo un mínimo esfuerzo: cogerlo, pagarlo en la caja, meterlo en una bolsa y ya está. Pero ese título tan comprometedor: “Como superar la timidez” y la cajera tan atractiva…
Hoy se llevará un libro sobre las costumbres migratorias de las aves, mañana lo intentará de nuevo.

fin

22.10.07

El código Gioconda

Da Vinci fabulaba para entretener a su bella vecina mientras la retrataba con sus pinceles:
“Puede que dentro de quinientos años algún pícaro diga ver en este cuadro códigos secretos, escriba un libro y hasta se lo compren…”
La joven modelo se sonreía interiormente imaginando el gesto bobalicón de esos incautos escudriñando su retrato, en busca de algún milagro.


Fin



21.10.07

Consciencia

Miré el cuenco de mis manos. Era el nido donde había sido depositado un huevo de cristal. El huevo eclosionó y apareció la luz, las estrellas, las galaxias; el universo entero. Se formó la tierra y se llenó de vida, y dentro estaba yo, mirando el cuenco de mis manos, todo en un instante, el tiempo que tarda un Big-Bang en ser consciente de que es un Big-Bang.

Billy

Se hacia llamar “Billy el temerario”. Poco después todos se referían a él como “El difunto Billy”.


fin

Oro

Siempre se le escapaba la felicidad. Estaba tan cargado de oro que apenas podía dar tres pasos seguidos hacia ella.



fin

Flotar

El hombrecito de grandes carrillos y bigote de mosca ascendió unos metros y en posición horizontal estuvo flotando en el aire durante unos minutos.

“No puede ser... Es imposible… Tiene que haber truco…” Eran los comentarios más oídos entre las personas, que mirando hacía arriba, contemplaban las evoluciones del señor de los mofletes.

Pasado un rato, el levitador comenzó a descender en zigzag, como si fuese la hoja de un árbol en otoño, posándose en el suelo suavemente, justo en el centro de aquel gentío que se arremolinaba en esa esquina.

Los incrédulos esperaban descubrir los cables o “lo que fuere del engaño”, otros, más ingenuos, le tocaban para cerciorarse que era un hombre de carne y hueso y no un globo o algo así, los demás lo felicitaban y le preguntaban por el “como” de su hazaña.

El hombrecillo, sonriente, con los carrillos relajados dijo: “No crean ustedes que esto es tan difícil, la clave está en concentrarse en el aire que se retiene… Miren…” y les enseñaba el modo de hacerlo correctamente.

Instantes después todos inflaban sus mofletes de aire y algunos empezaban a perder tierra.


Fin

20.10.07

Cuentos y verdades

Después de envenenar a los enanos y robarles los diamantes, Blancanieves pagó a juglares y charlatanes del reino para que contasen una historia muy distinta a la real. La misma que, a la postre, ha llegado hasta nuestros días.


Fin


Cómo perder peso sin pasar hambre

En su lívido rostro, como un papel, se dibujó una sonrisa al contemplar el peso que marcaba la báscula de baño.
¡Que bien! Había perdido esos tres kilos que le sobraban, incluso un poco más. ¡Lo Había conseguido! Ahora solamente había que limpiar aquel desaguisado, devolver la caladora a la caja de herramientas de su padre y enfundarse un bonito vestido.¿Quién se iba a fijar en que tenía un brazo menos?

Fin


El vídeo de Carlos Vázquez

Pecado original


Adán miró con ternura a los ojos de Eva y susurró:

Te quiero más que a Dios.


Fin

Año nuevo

Con la llegada del nuevo año quiso dar un giro de 180 grados a su insulsa vida. Lo hizo con tanto ímpetu que el giro fue de 360 grados, quedándose igualito que estaba antes.

Fin