El recuerdo permanecía inalterado y le hacia volver una y otra vez a aquella lejana tarde de septiembre, tumbados en el pasto recién segado, viendo pasar las nubes algodonosas a las que su imaginación encontraban formas familiares, ella empeñada en ver un niño regordete donde él veía un barco velero.
fin
1 comentario:
Y a veces pasa que mientras unos vemos una cosa, nuestros pares ven lo opuesto, tratándose de lo mismo. Cada uno desde su óptica, dándole una visión subjetiva que hace la diferencia. Buen micro. Un abrazo.
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